Y ahora qué? Qué va a pasar? Qué es esto? Que coño? Nos hacemos millones de preguntas día a día, minuto a minuto, y en muchas ocasiones este tipo de preguntas determinadas por el tiempo, por el destino, por una fecha de cierre; nos levantan cada mañana sin dejarnos terminar de soñar; nos hacen reaccionar hacia atrás, dando la vuelta y pasando de todo. Mejor no tener miedo a lo que pueda ocurrir, no hace falta planear cada momento, hay que liberarse de nuestras inquietudes y adaptarse a cada cambio, sin tener miedo a sufrir, pero sin descartar nuestros objetivos. Como dijo Bob Marley en Redemption Song "Emancipate yourselves from mental slavery, none but ourselves can free our minds".
Despedir con un "hasta luego" a alguien que sabes que no vas a volver a ver. Empezar algo sabiendo la fecha de caducidad es un trabajo duro, insípido, amargo. Pero vale la pena, y siempre quedará ese dulce recuerdo.
