Confundir una pista de amor con un incitante juego, un corazón limpio con un cuerpo corrompible, el papel rosado y cortés que envuelve aquella mentira que se aprovechara de la inocencia de una niña.
Pero puestas las cartas sobre la mesa, liempiemos el polvo de estos años, limpiemos las mentes y cambiemos las cartas que nos echaran a perder.
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